La Palma posee unas características medioambientales únicas, lo que ha servido para que sea reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera. Más de un tercio de su superficie se encuentra protegida; el máximo exponente es el Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Su relieve, fruto de un dramático proceso de formación a lo largo de millones de años, permite que se diferencien multitud de microclimas y sorprenda el gran contraste de vegetación. En su cota más alta, a unos 2.400 m.s.n.m., se encuentra el Observatorio del Roque de Los Muchachos, por encima del llamado “mar de nubes”, donde existe una atmósfera limpia, sin turbulencias, estabilizada por el océano. De ahí que este observatorio se considere uno de los mejores lugares en el mundo para la observación del cielo. Con una ley que protege esta calidad, siendo la primera Reserva Starlight del mundo, y habiendo recibido el reconocimiento en 2012 como Destino Turístico Starlight, se garantiza la capacidad de disfrutar adecuadamente de la visión de las estrellas y de conocer los valores científicos, culturales, naturales y paisajísticos asociados. La Palma es sin duda el lugar perfecto para disfrutar del Universo. El 20 de abril de 2007 se firmó en La Palma la Declaración Mundial en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas (Declaración Starlight La Palma).
El derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita disfrutar de la contemplación del firmamento, debe considerarse como un derecho inalienable de la Humanidad, equiparable al resto de los derechos ambientales, sociales y culturales...
La Palma es uno de los territorios pioneros en el mundo en aplicar la Ley del Cielo. En 1988 se promulgó una ley específica orientada a proteger la calidad del cielo para las observaciones astrofísicas, lo que supuso un avance espectacular a nivel mundial en su defensa. Esta ley protege a La Palma de la contaminación lumínica, atmosférica y radioeléctrica, y de aquella que puedan provocar las rutas aéreas.